Qué ver en Pompeya

Ciudad famosa en todo el mundo. La ciudad fue destruida por completo en una erupción del Vesubio —activo aún hoy en día— el 24 de agosto del año 79 d. C. ¡Hoy incluso es posible subir al cráter del Vesubio y echar un vistazo a la historia! Pompeya es una gran ciudad pero —a excepción de las ruinas, obviamente— hay poco que ver y con medio día será suficiente para visitar todo el centro. Se puede llegar en autobús o con el tren local desde Sorrento, que los autóctonos llaman “metro” —para este transporte no se venden billetes en la web de la compañía nacional Ferrovie dello Stato. Los trenes pasan casa 20-30 minutos, desde las 6:00 hasta las 21:30; el billete cuesta 5 euros aproximadamente.

La antigüedad de Pompeya

Muchos turistas piensan en Pompeya como un conjunto de edificios destruidos, sin saber que cada fragmento es “historia viva”: las tumbas a través de las calles empedradas, las casas con frescos —sencillos y vivaces, o más elegantes y complejos—, las arcadas umbrías y las fuentes frescas... Quizá el único lugar donde se puede establecer un contacto directo con el Imperio Romano. Precisamente por esto, Pompeya deja sensaciones inolvidables en sus visitantes.

Es un lugar bellísimo, por tanto dedicad al paseo al menos unas 3 o 4 horas. En el mapa hay dibujado un recorrido aconsejado para dar una vuelta y volver al centro de la ciudad. Importante: hay muchas oficinas turísticas que intentarán venderos audio-guías y libritos, no escuchadlas e ir directamente a la entrada —aquí encontraréis todo lo necesario a precios inferiores. Precio de la entrada: 11 euros —descuento del 50 % para europeos, hasta 24 años, y para profesores. El primer domingo del mes la entrada es gratuita para todos los menores de edad.

Santuario de la Virgen del Rosario de Pompeya

El edificio de la iglesia se erigió entre 1876 y 1891, diseñado por Antonio Qua. La fachada de la iglesia se construyó en 1893, bajo la dirección de Giovanni Rispoli —él mismo levantó la estatua de mármol de tres metros de la Virgen. Los detalles interiores del Santuario de la Virgen del Rosario de Pompeya impresionan dada su fastuosidad: las paredes y las bóvedas del santuario están decoradas con frescos; el altar se eleva sobre una tarima majestuosa en mármol, y las imágenes están decoradas con piedras preciosas. Cerca del santuario se construyó un campanario alto de más de 80 metros de alto al que se puede subir por un coste adicional para contemplar desde arriba la panorámica de Pompeya y el volcán del Vesubio.